Los líderes del G7 -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia,
Japón y Reino Unido- se comprometen a hacer "lo que sea necesario" para
mitigar el impacto económico de la crisis del coronavirus, algo que ya
nadie duda será enorme. Esta epidemia amenaza con generar una crisis
parecida a la financiera que ya viviéramos en 2008, en ausencia de una
respuesta general, urgente y coordinada, según Christine Lagarde,
presidenta del BCE. Pese al optimismo de Donald Trump, lo cierto es que
hay un solo virus pero varias voces. La primera, la del Gobierno chino,
que ordenó la contención el brote dos semanas antes de que estallara la
crisis, hasta que no tuvo más remedio que admitir su gravedad. Por su
lado, Putin, lejos de tratar de erradicar el virus, parece aprovechar la
conmoción para encubrir medidas que consoliden su poder. Donald Trumpo
no ha trabajado con otros líderes para mostrar una respuesta común, y en
Europa, la situación no es mucho mejor, ya que la Unión Europea no está
actuando de forma conjunta, algo que los ciudadanos echan en falta.