Un mar de barro que sigue cubriendo Campillos, Teba o Álora, en Málaga. Ahora es cuando empiezan a darse cuenta de lo que ya no tienen, de todo lo que se ha perdido. Casa enteras vaciadas y expuestas para poder limpiar. Y detrás de cada puerta, un drama. Y la ayuda llega de todas partes. Gente por ejemplo que va repartiendo comida por las casas. Cadenas de favores de gente que ni se conoce. Y no están solos, un ejército, el de la UME trabaja así en las calles a todas horas. La riada no respeto recuerdos, o arte y ahora se empiezan a echar las cuentas de todo esto. Es un primer cálculo de pérdidas. Pero ya suben a 32 millones de euros.