En Sant Julia de Ramis esperaban al presidente de la Generalitat pero la que ha llegado, como se temían -tractor aparcado en la puerta-, ha sido la Guardia Civil. Enfrentamientos, forcejeos... Finalmente, los agentes han accedido al edificio y han requisado las urnas. "¿Así es cómo quieren conquistarnos?", se preguntaba el alcalde del municipio, Marc Puigtió. "Así lo que hacen es que cada día seamos más los que nos queremos marchar de este país". Avisado Carles Puigdemont, ha acudido, más tranquilo, entre aplausos, a Cornellà de Terri a votar. Después, el presidente de la Generalitat ha regresado a visitar su colegio inicial para animar a los que han defendido la posición. "Hoy, el Estado español ha perdido aún mucho más de lo que ya había perdido hasta ahora. Y los ciudadanos de Cataluña hoy hemos ganado mucho más de lo que ya habíamos conquistado hasta ahora". E invita a todos a volver a intentarlo. Es lo que ha hecho Oriol Junqueras. Su centro, sellado con silicona. Así que, escoltado por bomberos, ha cambiado de colegio. "Estoy convencido de que si todos hacemos lo que nos toca, si todos hacemos un poco, será suficiente", explicaba el vicepresidente de la Generalitat. Más apurada, la consejera de Educación, Clara Ponsatí. Ella sí, enfrentada a la policía que iba a desalojar su propio departamento, habilitado como centro electoral. Como ha ocurrido en la Escuela Nostra Llar de Sabadell, donde tenía previsto acudir la presidenta del Parlament. Carmen Forcadell ha acabado participando en otro, en el Joanot Alisanda. Para eso, el Govern ha decidido facilitar el censo universal, que cualquiera, también los políticos, pueda votar donde pueda, y mantiene actualizado un mapa con todos los centros que están operativos.
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