Esta es la historia de Vanellope Hope Wilkins. Una bebé que nació así, con el corazón fuera del pecho, una malformación congénita muy inusual. No llevaba apenas una hora con vida cuando la metieron en esta bolsa esterilizada y le sometieron a su primera operación. Y ya va por la tercera. Medio centenar de sanitarios han intervenido para recolocarle el corazón. Ahora, con su última intervención y gracias a la piel de debajo de sus brazos, el hueco de su pecho se va cerrando. Pero necesitará de algo que le proteja el corazón, pues Vanellope nació sin esternón ni costillas.Según las estadísticas, los bebés nacidos con esta condición tienen menos de un 10 % de probabilidades de sobrevivir. Pero Vanellope ha llegado para quedarse. Para darle la esperanza de su nombre a unas padres que ya sueñan con tenerla en casa.