El crimen ha ensombrecido la Navidad en El Campillo. En el Ayuntamiento resaltan los crespones negros. Banderas a media asta que anuncian tres días de luto oficial. Una amargura que se concentra silenciosa entre los vecinos y se manifiesta con lágrimas. Un sufrimiento que se mezcla con el miedo porque entre sus dos mil habitantes está el principal sospechoso. En este municipio onubense donde residía Laura Luelmo desde el cuatro de diciembre todas se sienten víctimas. Todas reflejadas en Laura.
-Redacción-