No se lo quieren creer. Ansiosos, los familiares de los pasajeros escuchan noticias inquietantes sobre el destino del Boeing 777 desaparecido hace una semana. El primer ministro malasio, Najib Razak, ha asegurado hoy que alguien desconectó deliberadamente los sistemas de comunicación del avión para desviar la ruta. La cuestión es hacia dónde. El aparato salió de Kuala Lumpur con dirección a Pekín, pero cincuenta minutos después del despegue cambió de dirección. Pudo haber ido al norte, hacia la frontera con Kazajistán o al sur, hacia alguna isla deshabitada del Mar de Andamán. Por eso, las autoridades concentran ahora la búsqueda en el Océano Indico, tras suspender las actividades en el Mar de China Meridional. Los satélites captaron la última señal del aparato a las siete horas y media de vuelo. "¿Cuánto tiempo hace que tienen esta información?¿Por qué la sueltan ahora?", se preguntan algunos familiares.Otros mantienen la esperanza. "Son buenas noticias", dice este hombre. Su hijo viajaba en el avión y cree que lo encontrará con vida. Muchas incógnitas por desvelar en un misterio en el que cobra fuerza la hipótesis del secuestro. Sin restos del avión, la investigación se centra ahora en las personas. Por eso la Policía ha registrado esta mañana la casa del piloto, un veterano con casi 20.000 horas de vuelo. Un movimiento más en busca de las piezas que permitan resolver un misterio convertido en expediente x.