Nieves y sus dos hijos, de 6 y 9 años, iban a ser desahuciados pero gracias a la presión popular han conseguido quedarse en su casa, al menos por el momento. La Comisión judicial ha considerado que no había suficiente presencia policial para hacer frente a todas las personas que les han apoyado y ha paralizado el desahucio. Nieves fue víctima de malos tratos y su marido tiene una orden de alejamiento. La sentencia de divorcio otorgó a Nieves la vivienda hasta que sus hijos cumpliesen la mayoría de edad. Sin embargo, los abuelos paternos, propietarios de la casa, reclaman el inmueble y, como consecuencia, el desalojo de sus propios nietos.