Una historia humana de afectados por las preferentes, una más, en este caso de Bankia: es la de José Gil. A punto de cumplir los 87 años, reclama lo que es suyo, pero la fiscalía de Madrid dice que se debería haber informado bien antes de comprar ese tipo de productos. Sus ahorros de 18.000 euros pueden parecer poco, pero para él son un mundo, más si cabe porque los habría necesitado para cuidar a su mujer enferma, que falleció el pasado mes de noviembre.