Las lluvias de marzo trajeron, además de agua, un gran susto al Museo del Prado y como consecuencia de esto un gran disgusto a su director, Miguel Zugaza, a su equipo de restauradores y técnicos y al propio Patronato de la pinacoteca. Una filtración de agua en los almacenes dañó el 11 de marzo una decena de dibujos y pasteles de pintura española del siglo XVIII y, sobre todo, un óleo de la importancia llamado