El naranja intenso coloreaba una noche de terror en el Baix Empordà. Los bomberos luchaban de forma frenética para evitar que las llamas llegaran a las casas. Decenas de vecinos tuvieron que dejar sus casas por la presencia amenzante de las llamas. Otros tuvieron que permanecer confinados en sus viviendas ante el peligro que suponía cruzar las carreteras. El fuego comenzaba en la tarde noche de ayer y afectaba de lleno a varios municipios de Girona. Con la luz del día se podía apreciar mejor la relevancia del fuego. Más de mil hectáreas han sido calcinadas.