Al menos cuatro personas han resultado heridas en los más de 70 incendios declarados hace una semana en Australia. Las zonas más afectadas son distintas áreas del Estado de Nueva Gales del Sur, al este de Australia, donde casas, tierras y otras propiedades han sido pasto de las llamas. 200 bomberos trabajan casi sin descanso para evitar que el fuego se propague a otras zonas. El fuerte calor, que hace que en algunas localidades se alcancen los 40 grados, perjudica el trabajo de extinción de las llamas.