La fiscalía de menores de Barcelona estudia el caso de una adolescente de trece años que se vio obligada a abandonar su instituto por el acoso y los insultos de algunas de sus compañeras por el simple hecho de ser lesbiana. Las cmenores robaron la agenda de la adolescente y vieron un corazón con dos nombres de chica. A partir de ahí comenzó el reguero de insultos y vejaciones como el de hacer comer tierra a la joven acosada. Ella tuvo que abandonar ese instituto y, según cuenta su madre, no puede dormir y llora constantemente.