Dos ejemplares de ballena franca, una especie en Peligro de extinción, protegido desde 1936 y que se calcula que sólo quedan hoy entre 400 y 500 ejemplares, se han acercado hasta una playa australiana. Allí han estado interactuando con unos surfistas, que han vivido una de las experiencias más inolvidables de sus vidas.