Madrid, 14 nov (EFE).- (Imágenes Ángel Herrera/Santiago Castro) El exconsejero madrileño y exdirigente regional del PP Francisco Granados se ha sentado hoy en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional por el primer juicio a la Púnica, en el que la Fiscalía pide para él 3 años de cárcel por el chivatazo de la operación policial que le llevó a prisión.
Le acusa el fiscal de un delito de revelación de secretos junto con el guardia civil José Manuel Rodríguez Talamino, responsable de dar el soplo, y su amigo José Manuel Caro, guardia civil en excedencia y exasesor de la Comunidad de Madrid, para los que pide la misma pena.
El chivatazo tuvo lugar en septiembre de 2014 cuando Talamino, que formaba parte de la Unidad Central Operativa (UCO) del instituto armado, alertó a Granados de la instalación de una cámara frente al edificio donde el presunto 'conseguidor' de la Púnica, David Marjaliza, "dirigía sus corruptos negocios", en la localidad madrileña de Pinto.
SALIDA DE FRANCISCO GRANADOS, JUNTO A SU ABOGADO, DE LA AUDIENCIA NACIONAL