El acuerdo firmado en Astaná entrará en vigor este viernes y tendrá una vigencia de seis meses, prorrogable siempre que exista consenso entre los países garantes del alto el fuego que rige en el país.

Un memorándum que ya ha sido deslegitimado por la oposición siria. “Rechazamos cualquier papel de Irán y de las facciones bajo su jurisdicción porque consideramos que se trata de un país hostil al pueblo sirio”, declaraba el portavoz de la delegación opositora, Osama Abu Zaid, quien tras abandonar la sesión un día antes, se presentó en el pleno en el último momento.

Los representantes de Rusia y del Gobierno sirio han quitado importancia a la actitud de la oposición calificando sus palabras de “pura charlatanería”.

Los países firmantes se han marcado como plazo el 4 de junio para determinar las fronteras exactas de esas “zonas de rebaja de tensión”, en las que se espera dar cobijo a la población civil siria.

Un acuerdo que según la ONU va “en la dirección adecuada”.