En EE.UU. hay un error de cálculo. El error es que tienen que descodificarse de su pensamiento occidental para poder entender lo que en Medio Oriente se vive.
En este caso Irán. Nunca han contemplado al factor más importante cuando tratan de amenazar, dialogar, comerciar, imponer o dominar. Su sistema de inteligencia que predice los resultados de sus acciones se encuentra siempre con un error en la ecuación de la ciencia social, las cosas salen mal porque el pueblo obedece a otras cosas más que la simple tendencia política de su localidad; lo que les falla en esa ecuación planeadora, es el poder de la fe, es decir, que no contemplan el compromiso espiritual del pueblo al que quieren dominar.
Entender Irán es mucho más complejo que abordarlo desde la concepción que se tiene de gobierno desde Occidente, donde se separa la religión de la política. Aquí es algo imposible, porque el concepto religión no es el mismo que Occidente.
Aquí es una fe que permea todo, una actitud de vida y un modelo antropológico que regula sus propias leyes y costumbres, no sólo es creer en Dios, su adoración es la conducta diaria fuera del rezo, y es por eso, que los cálculos salen mal.
El presidente de EE.UU., Donald Trump amenazó a Irán más sanciones, fanfarronadas, intimidación militar y un tweet humillante, y muy inteligentemente el Líder de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei dijo que el pueblo responda. Es decir, el grito de parte de una nación denunciando y repudiando al presidente de otro país, es algo mucho más poderoso que un mensaje televisado, una declaración o comunicado oficial. Y pasó. La respuesta se dio. ¿Y por qué paso? Por lo mismo. Por el compromiso espiritual y por la fe que emana.
La respuesta a Trump se realizó en un día especial: ‘el día de Dios’, conocido así en el lenguaje iraní y entre los iraníes, el cual es el aniversario de la Revolución Islámica de Irán, en la que se celebra algo que no entienden los historiadores de Occidente ni los analistas de la Casa Blanca: que el día 10 de febrero -22 de Bahman (calendario persa), hay algo más allá que se celebra, desde luego se recuerda que hace 38 años, derrocaron 2500 años de monarquía, derrocaron al rey de Irán y su apoyo de Estados Unidos.
Derrocaron la influencia de Occidente y la opresión infame, pero lo que viene de fondo es que este día marca el inicio de algo mucho más fuerte y sólido en el alma de la gente, consciente o inconsciente: la preparación. La Revolución Islámica de Irán no es otra cosa que una fuerza dinámica de preparación, de preparación para llegar a una conciencia general donde haya armonía entre lo justo y correcto de lo divino y el comportamiento humano.
Revolución como preparación para llegar a un estado espiritual donde los mesías de los musulmanes regresen y doten de paz y justicia al mundo, esta es la clave y esencia necesaria para entender la Revolución Islámica, algo tan poderoso en millones de ciudadanos de este país, mezcla de fiel y devoto, que explica perfectamente, por qué una Revolución que normalmente se diluye con el paso del tiempo en cualquier otro país, aquí se manifiesta con grito y calor; una Revolución que explica claramente cómo es posible que Trump amenaza y el pueblo le contesta con determinación total al grado de ofrecer su vida.
Así, los analistas de la inteligencia estadounidense no han calculado, lo que no se puede calcular además, el poder de la fe y la creencia. En medio de esta muchedumbre, que por primera vez fue muy clara al repudiar al Gobierno de Estados Unidos pero no al pueblo estadounidense, se leían pancartas contra la Casa Blanca, pero con agradecimiento a la sociedad de EE.UU. que apoyó a los musulmanes, incluso deseos de larga vida a los ciudadanos estadounidenses.
Así en medio de esta muchedumbre, el presidente de Irán, Hasan Rohani, dijo que ni el político principiante de la Casa Blanca, ni nadie debe amenazar al pueblo persa porque la respuesta será contundente. Donald Trump solo alcanzó a contestar esto con un tímido ‘tenga cuidado’ desde el Air Force One. ¿Podrá Trump seguir molestando el pueblo de Irán? ¿Podrá romper su relación con Rusia?
En ‘Detrás de la Razón’, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen.
El análisis, las preguntas y respuestas a las nueve treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres y Madrid, siete de la tarde, México a las 12 y Colombia, una de la tarde.
Por: Roberto de la Madrid.