Nuevo capítulo en el litigio entre el estado noruego y Anders Breivik. El gobierno ha presentado su alegato final en la apelación contra el convicto, condenado a 21 años de cárcel por la conocida como masacre de Utoya.
Breivik ganó tras acusar inicialmente al Estado de violación de los derechos humanos por su aislamiento durante su encarcelamiento después de ser detenido por la matanza que tuvo lugar el 22 de julio de 2011.
En esa fecha el detenido mató a 77 personas, ocho en Oslo con una bomba y 69 con armas de fuego en la isla de Utoya, principalmente jóvenes ligados a la izquierda política.
Comfy studio/bedsit? No, typical cell in #Norway, where #Breivik wins case re his treatment https://t.co/KCw6TEpr51 pic.twitter.com/qdhtUWxHUX— Steven Edwards (@stevenmedwards) 20 de abril de 2016
Según Breivik, que persigue una mejora de sus condiciones carcelarias, el aislamiento le ha vuelto aún más radical en su ideología neo-nazi.
El Estado asegura por su parte que recibía un trato adecuado, con contacto humano a diario.
La sentencia se conocerá en febrero.