Puede ser difícil aceptar que cada uno de nosotros, incluso los niños, seamos seres sexuales, tengamos instintos sexuales y tengamos curiosidad acerca del sexo y la sexualidad. La curiosidad de los niños puede manifestarse en ellos al mirarse y tocarse para explorar su propio cuerpo y/o el de otros niños. Los niños pueden echar un vistazo cuando los miembros de la familia están en el baño, o pueden tratar de escucharlos afuera cuando se visten o incluso escuchar detrás de la puerta del dormitorio. Pueden también leer y ver revistas, libros, vídeos o buscar en el Internet. Puede ser difícil notar la diferencia entre comportamientos sexuales “normales” y comportamientos que señalan que un niño podría estar desarrollando un problema. Los juegos sexuales más típicos o esperados en los niños usualmente tienen las siguientes características:
Se da entre niños que juegan y se divierten entre sí o entre amigos de la escuela divirtiéndose mutuamente.
Se da entre niños de similar estatura y edad con un desarrollo social y emocional parecido. Es de un modo desenfadado (o sea, sin sentir vergüenza) y espontáneo. Los niños pueden estar riéndose o divirtiéndose cuando usted los descubren. Cuando los adultos establecen límites o normas (por ejemplo, quedarse vestidos en la guardería), los niños aprenden a seguir las reglas.