A pesar de que, según la ONU, más de 68.000 civiles han escapado de Mosul, la mayor parte de los habitantes de la segunda ciudad iraquí y feudo del autodenominado Estado Islámico siguen atrapados en medio de una ofensiva que dura ya más de cinco semanas.
Gracias al apoyo aéreo de la coalición internacional, el Ejército iraquí y las milicias kurdas y chiíes están avanzando cada vez más. Estas últimas están muy cerca de hacerse con el control de Tal Afar, una localidad situada a unos 60 kilómetros de Mosul y en la carretera que une dicha ciudad con el feudo yihadista en Siria, Raqqa.
Decenas de miles de personas están huyendo de la ciudad. El problema es que se están yendo a zonas controladas por el Dáesh.
La situación humanitaria es cada vez más preocupante. El último bombardeo de la coalición internacional ha destruido un puente de Mosul. Ahora solo queda en pie uno de los cinco que tenía la ciudad, lo que le complica las cosas a los yihadistas pero también impide la huida de los civiles.