Amnistía Internacional acusa a Italia de violar los derechos humanos de los refugiados e inmigrantes, bajo la presión de la Unión Europea. Según la organización, la presión comunitaria sobre Italia para que endurezca sus controles en la gestión del drama migratorio ha desembocado en expulsiones ilegales y en malos tratos, que en algunos casos pueden considerarse como tortura.
En el informe publicado este jueves, que se basa en más de 170 entrevistas, se denuncia que la mayor parte de estos abusos se realizan en los centros de identificación. Los inmigrantes que quieren solicitar asilo en otros países europeos no desean que se les tomen las huellas dactilares para evitar que más tarde les puedan devolver a Italia. Es en algunos de esos casos cuando, según distintas denuncias, las autoridades transalpinas han utilizado prácticas coercitivas para obtener las huellas, incluidos golpes, descargas eléctricas con porras y humillación sexual.
Amnistía Internacional reconoce, no obstante, que Italia está liderando los esfuerzos para rescatar a personas del Mediterráneo: más de 150.000 inmigrantes han llegado al país por mar en lo que va de año.