Primero las canalizaciones de agua, ahora los hospitales. La ofensiva aérea del régimen sirio en Alepo dejó el lunes fuera de servicio uno de los pocos hospitales que todavía estaban activos en el sector norte, bajo control rebelde. Según fuentes de la oposición a Al Asad, el bombardeo corrió a cargo de aviones rusos, como la mayor parte del más de centenar de ataques registrados en la ciudad por aire desde el final de la tregua. La dureza de la intervención rusa ha desatado una guerra verbal en la ONU. La embajadora estadounidense, Samantha Power dijo que lo que Rusia está haciendo en Alepo “no es contraterrorismo, sino barbarie”

La portavoz del ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakharova, respondía así:

“ Todo esta retórica de duros epítetos, que los así llamados diplomáticos estadounidenses están utilizando, deja entrever la histeria y el reconocimiento pleno de que la situación está fuera de control y solo sirve para tratar de desviar la atención de la desastrosa política que están aplicando”

Sobre el terreno ya no hay ni rastro del alto el fuego de una semana que EEUU y Rusia acordaron en Siria a mediados de septiembre. La intensidad de la ofensiva aérea en Alepo hace presagiar el lanzamiento en breve de un asalto terrestre a gran escala para recuperar los barrios que están en manos rebeldes desde hace años.