Acido urico (Gota): La dieta del emperador Carlos V

RAUL ESPERT 2016-09-05

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Cuentan las crónicas históricas que Carlos V sufría gota o alguna enfermedad reumática. Así lo sugerían sus médicos, que insistían en que cambiase de dieta, o las cartas escritas por su secretario cuando el monarca era incapaz de sostener su pluma. Investigadores españoles acaban de confirmar que, en efecto, el monarca padecía una gota severa. El trabajo, firmado por un equipo del Hospital Clínic de Barcelona, se publica esta semana en la prestigiosa revista médica 'New England Journal of Medicine'. "Padecer una enfermedad gotosa con un importante grado de invalidez probablemente influyó en su decisión de abdicar", explica a elmundo.es uno de los autores, Pedro L. Fernández, miembro del Departamento de Patología de este centro. Los investigadores han llegado a esta conclusión tras examinar cuidadosamente el extremo de uno de los dedos meñiques del monarca. El cuerpo de Carlos I de España y V de Alemania, que se encuentra en el Monasterio de El Escorial, estaba bien conservado, pues se momificó espontáneamente tras sepultarlo en el Monasterio de Yuste (Cáceres), donde se había retirado el monarca. Este tipo de momificaciones 'naturales' no son raras en cadáveres sepultados en iglesias o criptas, lugares frescos que permiten una rápida deshidratación del cuerpo. "Ya era conocido que la gota le causaba gran incapacidad física", relata el patólogo, quien recuerda que el monarca la padecía desde los 28 años. "Sus médicos le recomendaban que siguiese una dieta estricta, pero el emperador tenía un apetito voraz, sobre todo para la carne [ya entonces se sabía que las carnes y mariscos influyen en esta enfermedad]. También le gustaba beber grandes cantidades de vino y cerveza. De este modo, sus hábitos dietéticos no fueron nada beneficiosos para reducir sus ataques de gota", añade el artículo. El emperador padecía episodios de este tipo con frecuencia, sobre todo hacia el final de su vida. De hecho, un ataque gotoso retrasó el intento de atacar la ciudad de Metz en 1552, durante una de las guerras con Francia. "Como consecuencia, la llegada del invierno permitió a la ciudad francesa resistir al ejército del emperador. Según algunos historiadores, un sentimiento de culpa de que su enfermedad había llevado a esta derrota hizo a Carlos V abdicar", relata el artículo del 'New England'. En 1556, sólo cuatro años después de esta batalla, Carlos V se retiró al monasterio de Yuste y dejó la corona española a su hijo Felipe II y el imperio alemán a su hermano Fernando. Según el trabajo del 'New England', "Carlos V tenía sólo 58 años cuando falleció, probablemente de malaria, en 1558, pero parecía un hombre viejo y lisiado que apenas podía caminar o utilizar sus manos".

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