Estados Unidos creció en el segundo trimestre un 1,1 por ciento, una décima menos de lo calculado en una primera estimación, según el departamento de Comercio. Esta revisión a la baja se debe a una caída de los inventarios y las inversions de las empresas. En el primer trimestre del año, el crecimiento en el país se había limitado a ocho décimas. El descenso en los inventarios es el primero en un trimestre desde 2011, mientras que la inversión residencial disminuye tras ocho trimestres consecutivos de aumentos.
En cambio, el gasto de los consumidores entre abril y junio pasados se incrementó en más del cuatro por ciento, su mayor tasa desde finales de 2014. Este vigor en el consumo, motor económico de Estados Unidos, hace creer a los analistas que el crecimiento se acelerará en el tercer trimestre a un tres por ciento.