Estados Unidos creció en el tercer trimestre un 3,9 por ciento, cuatro décimas más de lo anunciado en la primera estimación por una revisión al alza de los gastos de los consumidores y la inversión de las empresas. Tras un segundo trimestre, en el que la primera economía del mundo ya avanzó un 4,6 por ciento, los analistas esperan que se mantenga este ritmo de aquí a finales de año. Solamente en el primer trimestre, la economía estadounidense retrocedió sorprendentemente un dos por ciento a causa de un invierno especialmente crudo.

Los gastos de los consumidores entre julio y septiembre, que suponen dos terceras partes del Producto Interior Bruto, han aumentado en esta segunda estimación. También las inversión de las empresas, sobre todo por los gastos en bienes de equipo.

La única nota negativa de esta subida son las exportaciones, que en este caso se han revisado a la baja mientras las importaciones se hacían al alza.

Los recientes indicadores de la actividad manufacturera, del empleo y las ventas minoristas sugieren que, en el cuarto trimestre, se mantendrá la misma tendencia. Algo que puede llevar a la Reserva Federal estadounidense a aumentar antes de tiempo sus tipos de interés próximos a cero desde diciembre de 2008.