La economía estadounidense creció más de lo estimado inicialmente en el tercer trimestre. De julio a septiembre pasado, el avance fue finalmente del 4,1 por ciento. Es la mayor progresión desde el cuarto trimestre de 2011. En la primera y segunda estimación, el crecimiento se situaba en torno al tres por ciento.

Todos los apartados de la economía se han revisado al alza, incluido el del consumo interno que aporta dos terceras partes. También aumentan más las inversiones y stocks de las empresas y las exportaciones.

La Reserva Federal estadounidense, que acaba de empezar a limitar sus inyecciones masivas de dinero por esta mejora, prevé que este año el país avance un 2,3 por ciento y, el que viene, por encima del tres.