Hace unos 28.000 años, en lo que hoy es el territorio de Gibraltar, un grupo de neandertales luchaba por sobrevivir a lo largo de los acantilados de la costa mediterránea. Muy posiblemente, eran los últimos de su especie. En el resto de Europa y Asia occidental habían desaparecido miles de años antes, tras haber sido dominantes en la zona durante más de 200.000 años. La península Ibérica, con un clima más suave y una gran variedad de animales y plantas, parece que fue su último bastión. Sin embargo, la población de Gibraltar no tardaría en desaparecer, dejando atrás sólo algunos útiles líticos y los restos carbonizados de sus hogueras. Desde el descubrimiento del primer fósil neandertal en 1856, los paleontólogos han venido debatiendo sobre el lugar que ocupan en el árbol genealógico estos homínidos extintos y sobre las causas de su extinción. Durante decenios, dos teorías contrapuestas polarizaron el debate. Una defiende que los neandertales constituían una variante arcaica de nuestra especie, Homo sapiens, que evolucionó o fue asimilada por las poblaciones de Homo sapiens europeo. La otra teoría postula que los neandertales integraban una especie genuina, Homo neanderthalensis, y que los humanos actuales provocaron su desaparición al expandirse por territorio neandertal. Los neandertales, nuestros parientes más próximos, dominaron Europa y Asia occidental durante más de 200.000 años. Pero se extinguieron hace unos 28.000 años. Se debate desde hace tiempo sobre la causa de su desaparición. Las últimas hipótesis se centran en el cambio climático y en las ligeras diferencias biológicas y de comportamiento que pudieron haber proporcionado alguna ventaja a los humanos modernos sobre los neandertales.