La teoría más aceptada para explicar la gran extinción del Cretácico era hasta el momento la propuesta por el premio Nobel Luis Álvarez, que defendía que el impacto hace 65 millones de años de un meteorito en Yucatán (México) provocó la extinción de buena parte de la fauna y flora que habitaba el planeta y que supone el paso de la era de los grandes saurios a la de los mamíferos. Sin embargo, y según señaló Hönninger, esta teoría tiene un punto débil: ¿cómo se explica que ante una catástrofe de este tipo algunas especies sobrevivieran mientras otras se extinguieron? Con ese descubrimiento, se puede demostrar que a finales del Cretácico el planeta vivió un duro cambio climático, que con anterioridad del impacto del meteorito de Yucatán, ya habría propiciado el comienzo de la extinción de muchas especies, y explicaría por qué otras no desaparecieron: simplemente, lograron adaptarse a este cambio.