Lo que pasa en Brasil es sin duda muy complejo, pero lo hace más importante al descubrir los hilos que todas las fuerzas en escena están usando.
Importante porque es lo que puede estar pasando o ya pasó en el país de donde usted nos está leyendo. Pues aquellos hilos de los que le hablo, sobrepasan los muros de la frontera brasilera.
Despertamos en estos días con un movimiento de piezas sorprendente, al ya sorprendente jaque a la estabilidad que se dio con el golpe de Estado en Brasil, al destituir a su presidenta, Dilma Rousseff.
La nueva jugada ahora sorprende porque nadie la esperaba en el tablero. Resulta que la propia Dilma declaró hace unos días que su golpe de Estado, etiquetado como golpe blando o suave, pero al fin, golpe, no por definición sino por evidencia, pues que no tiene nada que ver con el exterior del Brasil.
Que el grave y denigrante golpe que la destituyó, declara la propia Rousseff, fue orquestado, preparado e ideado, desde el interior de Brasil, y que no está relacionado con nada del extranjero.
Con esta declaración Dilma, deja fuera la injerencia de Washington, los intereses del imperialismo, las manos negras de los especuladores financieros y la sed del capitalismo occidental.
Tal como dice el analista y periodista Carlos Santa María:
¿Qué pasó con Dilma Rousseff?
¿Ya se le olvidó cómo opera EE.UU.?
¿Ya se le olvidó cómo las dictaduras y los golpes de Estado se han realizado en América Latina?
¿Ya se le olvidó a Dilma que la embajadora de EE.UU. en Brasil, estuvo también presente en Paraguay, cuando atacaron al expresidente Fernando Lugo?
¿Ya se le olvidó a Dilma las palabras de su maestro Lula, cuando denunció las intenciones imperialistas del ALCA, y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que hundió al campo mexicano?
¿Ya se le olvidó a Dilma que su vicepresidente Temer -ahora presidente- fue implicado por Wikileaks de trabajar o espiar por orden de EE.UU.?
¿Ya se le olvidó a Dilma que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU., la espió y espió a Petrobras?
O más bien la pregunta sería... ¿Cómo se le olvidó esto a la gran guerrera que se opuso al imperialismo para darle al pueblo lo que es del pueblo?
¿Por qué se le olvidó? Recientemente, justo antes de ser destituida, el premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, visitó a Dilma para decirle justo esto, que no se dejara vencer por el gran aparato malévolo de especulación que maneja al antojo la política global a través de desestabilización política con el fin de manejar los dineros y riquezas de un país.
Incluso el premio Nobel fue al Senado brasileño a alzar la voz, donde vimos ahí al senador opositor del Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), Ataídes Oliveira, indignado como señal de rabia ante lo que había dicho el premio Nobel y debido a lo que se venía venir.
Hoy, Dilma absuelve al exterior, como si fuera de Brasil existiera un mar de tranquilidad, humildad y solidaridad, desde Río hasta Washington.
¿Cómo? Pregunta obligada para ‘Detrás de la Razón’. Y la otra, ¿Y los BRICS (Rusia, La India, Brasil, China y Sudáfrica), qué?