DIECISIETE
Lucen soles los pechos militares
que nos brindan mayor oscuridad
y sotanas en cuerpos clericales
que nos hablan de cierta eternidad.
Uniformes y tiaras son los males
sufridos por la pobre humanidad
desde tiempos inciertos, seculares,
que parecen más bien perpetuidad.
Mas la culpa es de todos no de aquellos
que aprovechan la común desgracia
mientras habitan sus palacios bellos.
Nosotros permitimos atropellos
por algo que parece democracia,
asegurando que la culpa es de ellos.