SEIS
Voceros del poder legislativo,
fabricantes de leyes con la panza,
vergüenza de la tierra donde vivo,
verdugos de la fe y de la esperanza.
Comadres del poder ejecutivo,
sanguijuelas del pueblo que los lanza,
climatéricos, impúdicos y altivos,
monaguillos del vicio y la pitanza.
¿Hasta cuándo tendremos tropelías
en los recintos que la Ley ofrece
para cosas más nobles y sensatas?
Por lo menos que no hablen tonterías
en un lugar que por su acción parece
un refugio de loros y de ratas.