Más de 40 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos algunos latinoamericanos, han asistido a la 45ª edición del Foro Económico Mundial, en la localidad suiza de Davos.
‘Dominando a la Cuarta Revolución Industrial’ bajo este lema se ha abordado la desaceleración económica, la caída de los precios del petróleo, la eliminación de las sanciones contra Irán y el impacto global de la situación de la economía china.
La evolución del sector energético, la posibilidad de prevenir futuros shocks económicos, la transformación de las finanzas, los cambios que sigue imponiendo la revolución tecnológica y la expansión de Internet así como las perspectivas de las economías emergentes, han sido otros temas analizados en el Foro Económico Mundial.
Además de la economía mundial, la crisis de los refugiados, las tendencias migratorias y las amenazas terroristas, se han convertido en los ejes principales del extenso programa de los cuatro días de reuniones.
Manuel Llamas, periodista, señala que Davos “es un lobby necesario de muchos gobiernos y empresas”.
Para el economista Eduardo Garzón, “el lobby de Davos no está preocupado por la economía mundial, está preocupado por sus propios intereses. No se preocupan por el cambio climático, por la enorme desigualdad, o por la evasión fiscal que estas propias empresas cometen”.
Por su parte Carlos Uriarte, abogado, politólogo y consultor internacional, cree que Davos “es importante ya que intenta desarrollar la cooperación entre lo público y lo privado, donde la sociedad civil tiene espacio en un foro abierto”.
Mientras que Javier Martínez, economista y analista político, considera que “el 50 % de los participantes están conformados por las grandes multinacionales. Las trasnacionales quieren autoproclamarse como líderes mundiales que quieren privatizar los recursos naturales.”