Alta tensión en el sur de Hungría. Cerca de la localidad de Roszke, fronteriza con Serbia, una multitud de inmigrantes se enfrentó a la policía pidiendo que les dejaran acceder al campo de refugiados.
Según afirman, intentaron tomar autobuses que les llevaran allí, siguiendo la recomendación de los agentes, pero al ver que no llegaba ninguno, optaron por ir caminando para no pasar más tiempo a la intemperie.
“Queremos ir al campo de refugiados”, dice un hombre. “Conocemos las reglas. Sabemos que hemos cruzado la frontera ilegalmente y que tenemos que estar en el campo de refugiados, pero ahora estamos aquí y de noche las condiciones son muy malas”, añade otro.
La policía permite la entrada al campo a pequeños grupos de inmigrantes, que buscan continuar sus periplos hacia Europa occidental, ante el rechazo de las cuotas de reparto por parte del presidente Viktor Orbán.
Mientras tanto, en Budapest se podían ver sonrisas en los rostros de los refugiados, que han podido partir en tr