El gobierno conservador de Viktor Orban ha aumentado las fuerzas de policía que impiden incluso a refugiados que han comprado el billete coger un tren con destino a Alemania.

La policía únicamente permite el paso a ciudadanos húngaros que se acrediten a la entrada de la estación central de Budapest.

Los alrededores de la estación y de la salida del metro se han transformado en un campamento que solo atienden voluntarios de organizaciones humanitarias como Migration Aid, formada en Facebook. Familias enteras han pasado la noche al raso.

En Munich esta madrugada han llegado docenas de inmigrantes frente a los centenares de los últimos días.

Los voluntarios han intervenido distribuyendo alimentos, mantas y suministros sanitarios de emergencia a las refugiados, muchos de ellos agotados.

Gran parte de los recién llegados han viajado durante semanas, huyendo del conflicto en Siria y el norte de África.

Los refugiados fueran llevados en estos autobuses a centros de acogida.