En 1996 se produjo uno de los sucesos más injustos de la historia de los videojuegos, ya que Gunpei Yokoi, mítico creativo de Nintendo, se vio obligado a dejar la compañía tras el sonoro fracaso de Virtual Boy. Gracias a Yokoi, Nintendo dejó de fabricar cartas para convertirse en juguetera (lo que posteriormente llevó a que se reinventara como la desarrolladora de consolas y videojuegos que es hoy día); gracias a Yokoi, llegaron las míticas Game & Watch y posteriormente la arrasadora Game Boy; gracias a Yokoi, el concepto de incómodo y pequeño stick con el que solían controlarse los videojuegos domésticos a finales de los 70 y principios de los 80 dio paso a la mucho más cómoda cruceta digital… En definitiva, pocas personalidades de la industria pueden presumir del currículum que se labró Yokoi a lo largo de su carrera, pero aun así el genio nipón tuvo que dejar Nintendo para emprender una nueva aventura a la cabeza de su propia empresa, Koto Laboratory. Por supuesto, Yokoi no tardó mucho tiempo en volver a primera línea de batalla. Bandai tenía previsto lanzar una portátil para tratar de competir contra la imbatible Game Boy. Compañías de la talla de Atari con su Lynx y Sega con su Game Gear ya lo intentaron y habían fracasado, pero ¿y si tienes al propio creador de la GB de tu lado? Esa misma pregunta debieron hacérsela los directivos de Bandai, por lo que no dudaron en fichar a Yokoi, quien se puso inmediatamente manos a la obra para desarrollar el germen de lo que acabaría siendo la máquina que hoy os acercamos, WonderSwan.
Desgraciadamente, Gunpei Yokoi falleció en un accidente de tráfico el 4 de octubre de 1997, por lo que no pudo llegar a ver su trabajo finalizado y comercializado. Bandai siguió adelante con el desarrollo de la WonderSwan, tomando nota de las especificaciones en las que Yokoi estaba trabajando, como diseñar la máquina de manera que se pudiera jugar tanto en horizontal como en vertical, y que mantuviera una alta autonomía con el menor número de baterías posibles. Finalmente, la WonderSwan debutó en el mercado nipón el 4 de marzo de 1999, con unas especificaciones técnicas que incluían un procesador de 16 bits, una resolución de 224 x 144 píxeles, pantalla de 2’5 pulgadas, de 30 a 40 horas de juego con tan solo una pila AA y cartuchos de hasta 128 megabits de capacidad.