Hoy os acercamos una de las tres consolas más importantes de la historia del videojuego junto con Famicom y la primera PlayStation. Hablamos de Atari 2600, la plataforma que cambió la concepción que de la industria de los videojuegos se tenía a finales de los 70, dando pie a la segunda generación de consolas domésticas y a la implantación del cartucho como sistema de almacenamiento estándar para videojuegos durante muchos años. En los 70, tras el éxito de Pong, comenzaron a lanzarse multitud de clones de dicho juego tanto en salones recreativos como en el mercado doméstico, en el que surgieron una gran cantidad de máquinas cerradas con varios juegos en su interior que en realidad no eran otra cosa que modificaciones del popular título de Atari. Todo este círculo vicioso de copias y clones llevó tanto al inevitable desgaste de la recién nacida industria del videojuego como al cansancio de los propios jugadores, lo que estuvo a punto de acabar con los videojuegos cuando apenas comenzaban a dar sus primeros pasos.
Sería la propia Atari la que acabaría revitalizando la industria y dando paso a una nueva generación. El proyecto que daría luz a Atari 2600 se inició nada menos que en 1973. Su nombre en clave era Stella, y poseía un hardware único que le permitía librarse de las ataduras impuestas hasta entonces e ir más allá del puñado de juegos clónicos metidos en una arquitectura cerrada. Por desgracia el desarrollo de la consola se alargó en demasía, debido principalmente a problemas económicos y financieros generados por esa crisis de la que hemos hablado anteriormente. Afortunadamente dichos problemas se solucionaron cuando Time Warner compró Atari, por lo que el proyecto Stella pudo al fin finalizarse y lanzarse al mercado en septiembre de 1977 con el nombre inicial de Atari Video Computer System, o Atari VCS.

Aunque no fue la primera consola que utilizaba un sistema de cartuchos intercambiables, sí acabó convirtiéndose en la más popular; eso sí, sus inicios no fueron fáciles. En sus dos primeros años de vida apenas se vendieron medio millón de unidades, lo que llevó a que Time Warner entrara en cólera e hiciera rodar la cabeza de Nolan Bushnell, el histórico cabecilla de Atari y uno de los padres fundadores de la industria del videojuego. Por fortuna los programadores acabaron familiarizándose con el hardware, y los usuarios se dieron cuenta de que con Atari 2600 podían jugar a multitud de juegos distintos que iban mucho más allá de las copias y variaciones de Pong que habían sido nota predominante hasta entonces. En las navidades de 1979 las ventas se redoblaron, alcanzando el millón de unidades, y ya a partir de entonces no dejarían de crecer hasta alcanzar la cifra de 30 millones, una cantidad impresionante para aquellos años que convirtió a Atari 2600 en la primera plataforma doméstica que cosechó ventas masivas.