La investigación sobre el siniestro del vuelo MH17 de Malaysia Airlines avanza en la dirección de las sospechas iniciales. Por primera vez la fiscalía holandesa, que encabeza el equipo encargado de las pesquisas, ha declarado que algunos de los restos recuperados podrían pertenecer a un sistema de misiles tierra-aire Buk de fabricación rusa.
“El siguiente paso es establecer si fue un sistema de misiles el que derribó el MH17 y si eso es verdad, tenemos material que nos puede ayudar a encontrar el lugar del que procedía el misil, de quién era y dónde fue fabricado”, explica Fred Westerbeke, jefe de la investigación.
El Boeing cayó en el este de Ucrania el 17 de julio del pasado año causando la muerte de las 298 personas a bordo, la mayoría de nacionalidad holandesa. Los separatistas prorrusos han negado su implicación aunque el primer informe del Consejo de Seguridad de Holanda ya vislumbraba hace once meses la posibilidad de que un misil hubiera provocado la catástrofe.