Aunque las cigarras entran dentro del grupo de insectos voladores, lo cierto es que sería más propio describirlas como insectos de tierra, ya que pasan la mayor parte de su vida bajo ésta. Los individuos de la especie Magicicada septendecim se mantienen enterrados durante nada menos que 17 años, trascurridos los cuales salen en masa, trepan a los árboles y se transforman en adultos alados listos para buscar pareja y aparearse.

El porqué su ciclo bajo tierra dura exactamente 17 años parece responder a una cuestión de números primos. En la misma región donde habita una especie suelen también habitar otras, de modo que, para no coincidir o coincidir lo menos posible en su etapa de apareamiento, cada una de ellas tiene un periodo diferente que corresponde en cada caso a un número primo particular. De lo que no se tiene idea es de cómo las cigarras saben que han transcurrido 17 años y cuál el momento exacto en que deben surgir.

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