El grupo Estado Islámico se ha atribuido el atentado contra la mezquita chií de Arabia Saudí en el que han muerto al menos 21 personas.

A través de un comunicado difundido en foros yihadistas, la organización radical ha dicho que el suicida que detonó el cinturón de explosivos en medio de la oración del viernes era un mártir que actuó contra los infieles chiíes.

El ataque se produjo en la pequeña aldea de Al Qadaih, situada a las afueras de Qatif, en el este del país. Una de las zonas más ricas en hidrocarburos del país y en la que esta comunidad religiosa es mayoritaria.

Tras la explosión, decenas de chiíes salieron a las calles para mostrar su indignación por la falta de seguridad que tienen sus lugares de culto. La milicia, también chií, Hizbulá ha condenado el ataque y ha responsabilizado a las autoridades saudíes, acusándoles de financiar a los radicales suníes.

El mes pasado, las fuerzas de seguridad del país del Golfo desmantelaron una célula con 65 personas sospechosas