La prensa continental ya no duda en calificar al presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, de ‘Supermario’ como si fuera un héroe para el relanzamiento de la economía de la moneda única. Aunque, si es verdad que tiene superpoderes, se le acabará juzgando por el efecto real de su nueva política de ‘expansión cuantitativa’ que supondrá de momento una inyección de 1,14 billones de euros en la eurozona.
A partir de marzo y, como mínimo, hasta septiembre de 2016 el BCE comprará mensualmente 60.000 millones de euros en deuda pública y privada. Pero sobre todo pública, en forma de bonos soberanos de los países miembros.
El objetivo de Draghi es luchar contra la deflación, que se cierne sobre la moneda única después de que en diciembre los precios al consumo se situaran en dos décimas negativas.
El sistema ideado pasa porque los bancos nacionales de cada país compren sus propios bonos soberanos, en poder en su mayoría de los bancos privados. Así, el sistema bancario europeo pue