A pesar de haber perdido las elecciones de medio mandato, el presidente estadounidense quiere demostrar que gobierna, lanzando este jueves en horario de máxima audiencia sus nuevas medidas para la reforma del sistema de inmigración.

En un país con 11,3 millones de personas indocumentadas, los republicanos hablan de una declaración de guerra pese que llevan tiempo bloqueando la reforma en el Capitolio.

“Hemos esperado durante años a que el Congreso actuara pero el Congreso no ha actuado. La Cámara de Representantes tampoco ha actuado, ni en 2013, ni este año en 2014. El Presidente ha esperado. Nosotros podemos tomar medidas en el marco de la legalidad vigente para regular un sistema de inmigración que todos reconocen que está obsoleto”, manifestó el secretario de Seguridad Interior de los Estados Unidos, Jeh Johnson.

Los principales beneficiarios serán los inmigrantes indocumentados que tienen hijos nacidos en Estados Unidos —unos 3,7 millones de personas— además de los que tengan residencia permanente y lleven al menos cinco años en el país.

“Yo lo que le pido al presidente Barack Obama es que sea lo más generoso posible, que abarque y cobije a la mayor cantidad de gente posible, porque hay gente que prefiere trabajar ahorita para darle un futuro estable a sus hijos”, comenta Mayda, una inmigrante mexicana madre de una niña.

También podrían evitar su deportación los jóvenes que entraron ilegalmente en Estados Unidos cuando eran niños. Una ampliación de la llamada Acción Diferida que lleva más de dos años en vigor, y de la que se han beneficiado más de 580.000 jóvenes.