La modificación de la Constitución pacifista japonesa está siendo recibida con manifestaciones dentro y fuera del país.
Tras un mes de negociaciones, Shinzo Abe ha logrado convercer a su socio de coalición de incluir en la Carta Magna el concepto de “autodefensa colectiva”. La modificación debe ser aprobada por el Parlamento.
Abe ha destacado las amenazas cada vez más importantes que acechan a los japoneses. “Para estar preparados para cualquier eventualidad tenemos que desarrollar una legislación que garantice la seguridad, que proteja la vida de las personas y permita la subsistencia pacífica”, ha dicho Abe.
Pekín ha instado a Tokio a “no perjudicar la soberanía nacional de China y su seguridad y a no dañar la paz y la estabilidad regional”.
Abe quiere convertir a Japón en un actor más activo en materia de seguridad ante el avance de China en la región, con quien se disputa las islas Senkaku/Diaoyu, y las amenazas de Corea del Norte.
El paso que ha dado ha sido bien recibido por Estados Unidos, pero ha despertado la desconfianza y las críticas de sus vecinos.
En Seúl, el malestar se ha transmitido ante la embajada nipona, donde se han manifestado centenares de personas.
También hay una ola de protestas en Japón. Más de la mitad de su población se opone a alejarse del pacifismo.