Tan solo unas horas después de que Sally Yates, la fiscal general, desafiara a Trump pidiendo a los abogados del Departamento de Justicia que no defendiesen en los tribunales el veto migratorio, el magnate no se lo ha pensado dos veces y con un comunicado publicado por la Casa Blanca, la ha destituido de forma fulminante por "traicionar al Departamento de Justicia al negarse a aplicar un decreto diseñado para proteger a los ciudadanos de Estados Unidos".
Esto es una muestra más del caos provocado por la polémica orden presidencial. Porque a las miles de voces en contra se ha sumado una más, la del propio Barack Obama. A través de un comunicado de un portavoz, anima a los ciudadanos a seguir manifestándose porque esta medida, dice, pone en peligro los valores americanos.
No es el único. También Bernie Sanders se ha sumando a las protestas. En contra también se han declarado más de 100 diplomáticos a los que la Casa Blanca les ha pedido que dejen su cargo.
Las protestas han traspasado las fronteras de Estados Unidos. Miles de británicos han salido a las calles en más de 20 ciudades para pedir a Theresa May que no reciba a Trump en suelo inglés.
-Redacción-