Decenas y decenas de víctimas entre los miembros de la comunidad turca chií de Tuz Khurmato, en la provincia de Saladino, otra de las poblaciones iraquíes que ha sufrido la violencia yihadista.
Y es que la insurgencia suní, no sólo controla varias grandes ciudades, como Mosul, si no que además va asegurando sus posiciones en su camino hacia Bagdad.
Los guerrilleros del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) celebran la conquista de Baiji, que alberga la refinería más importante del país. Una instalación que fuentes del Gobierno iraquí aseguraban tener todavía bajo su control. La mayor parte de sus 15.800 trabajadores, entre ellos 100 extranjeros han sido evacuados.
Esta refinería distribuye los hidrocarburos para el consumo nacional que empiezan a escasear en algunas ciudades, como en Kirkuk: “He estado esperando desde las seis de la madrugada para poner 30 litros. Y casi he gastado 10 litros haciendo cola. Es una situación inaceptable, por Alá, sólo por 30 litros en el gran país del petróleo”, explicaba un conductor.
Otra de las ciudades estratégicas es Basora, al sur del país, desde donde se exporta la práctica totalidad del petróleo iraquí. Algunas multinacionales, como Exxon, también han evacuado a su personal no esencial.
El Gobierno iraquí ha reforzado la seguridad.