Para los productores de semillas, el archipiélago de Hawai se convirtió en el mayor campo de pruebas de ingeniería genética del globo. Desde hace unos años, consorcios como Syngenta, Pioneer o Bayer Crop Science testean allá sus nuevos cultivos al aire libre. Si algo no va bien, el riesgo es reducido: el continente más cercano está a 4.000 kilómetros. Pero para los hawaianos, algo está cambiando.