Empieza a llegar ayuda los 4.000 afectados por el corrimiento de tierra del pasado viernes en el noreste de Afganistán,.
El martes, las quejas por la tardanza y la escasez de la asistencia desembocó en incidentes violentos entre los desplazados, los trabajadores humanitarios y la policía afgana, hasta el punto de que la ayuda tuvo que ser suspendida temporalmente.
Hoy, desde el Programa Mundial de Alimentos (PMA)apuraban el reparto de toneladas de comida para socorrer a la población afectada.
“Algunos han visto sus casas completamente destruidas, otros no pueden volver porque es demasiado peligroso. Lo importante hoy es que están recibiendo comida que les ayudará a continuar con su vida en las próximas semanas”, explicaba Markus Prior, responsable del PMA.
El deslave, que se produjo tras dos días de intensas lluvias en el distrito de Argo, es el peor desastre ocurrido en el país en la última décadas: más de 2.000 personas murieron enterradas en barro y escombros.