Las autoridades de la zona abandonaron las labores de rescate ante la imposibilidad de hallar supervivientes, tres días después de la catástrofe, debido a la falta de medios para localizar a los fallecidos, más de 2.000 según las estimaciones.
Gran parte de ellos podrían estar enterrados a 50 metros de profundidad. Aún así, algunos vecinos continuaban cavando para intentar localizar a sus familiares.
Los esfuerzos se centran ahora en los miles de damnificados. 4.000 personas se han visto desplazadas por el derrumbe que tuvo lugar el viernes debido a las fuertes lluvias en la región.