Suiza se pronuncia este domingo en las urnas sobre si debe poner cotas o no a la inmigración masiva, una consulta que tiene en el punto de mira a los ciudadanos de la Unión Europea. Los últimos sondeos auguran un resultado reñido, ya que los partidarios del “sí” han aumentado a lo largo de la campaña del referéndum. Entre sus impulsores se encuentra el populista Christoph Blocher:
– “Contratar cuando sea necesario y no harcelo cuando no lo sea, es tan fácil como eso. La economía dicta lo que se necesita y basándoseen eso, la federación debe decidir qué sectores pueden aceptar inmigrantes”.
– “Un tercio de la mano de obra en Suiza trabaja para el mercado europeo. Si ponemos en peligro el acceso a este mercado y a sus trabajadores cualificados tendremos un gran problema”, replica el cristianodemócrata Christophe Darbellay.
Desde la entrada en vigor del acuerdo de libre circulación de personas entre Suiza y la Unión Europea hace doce años, unos 800.000 trabajadores extranjeros se han asentado en la Confederación Helvética, la abrumadora mayoría ciudadanos comunitarios. Si gana el “sí”, ese y otros pactos bilaterales deberán ser revisados.