Dos días antes de la inauguración oficial de los XXII Juegos de Invierno, todo está preparado en la ciudad rusa para el inicio de la cita deportiva.
Antes de llegar a Sochi, la antorcha ha recorrido unos 65.000 kilómetros, pasando por el espacio o el Polo Norte.
El presidente ruso ha visitado este miércoles las instalaciones, guiado por la “zarina” de la pértiga, la excampeona olímpica Yelena Isinbayeva.
Vladímir Putin ha subrayado que la seguridad es una de las mayores preocupaciones en todo evento internacional.
“Recordamos situaciones trágicas que han sucedido en el pasado en competiciones internacionales, incluida la ocurrida en el maratón de Estados Unidos. Es bastante reciente. Ha habido también problemas similares en los Juegos Olímpicos y durante el G8 con los ataques contra el metro de Londres”, ha dicho Putin.
Los Juegos Blancos de Sochi, los más caros de la historia, están precedidos por una serie de atentados a finales de 2013 en Volgogrado.
Además de la amenaza terrorista, la cita deportiva está marcada por el llamamiento al boicot de algunos activistas internacionales que la consideran homófoba. Rusia aprobó una ley contra la propaganda homosexual en 2013.