En Bangui, la capital centroafricana, se respira la tensión. Las tropas francesas controlan la ciudad, donde se han oído tiroteos esporádicos desde la dimisión este viernes del presidente Michel Djotodia, forzado por la comunidad internacional.
Miles de centroafricanos salieron a la calle para celebrar la noticia. Esperan que la marcha de Djotodia, que llegó en marzo al poder tras un golpe de Estado al mando del grupo rebelde Séléka, suponga el final. “La paz regresará. Ya no habrá más guerra entre cristianos y musulmanos porque la persona que nos dividió ya no está”, decía un hombre.
La dimisión de Djotodia se produjo en la capital de Chad. También dimitió el primer ministro y el resto del Gobierno. Ahora el Parlamento de transición tiene quince días para elegir un nuevo presidente.
Las masacres entre partidarios musulmanes de Séléka y milicias cristianas “Antibalaka” han dejado cientos de muertos en el país y alrededor de un millón de desplazados. Francia tiene desplegados en el país africano 1600 soldados.