Ucrania, una señal de alerta para los regímenes autoritarios de las exrepúblicas soviéticas

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Desde que se iniciaron las protestas en la Plaza de la Independencia, el presidente ucraniano Víctor Yanukóvich se ha reunido tres veces —la última este mismo martes— con su homólogo ruso. La oposición teme que Yanukóvich haya firmado en Moscú documentos que supongan su adhesión a la Unión Aduanera. Eso no sucedió pero las protestas no cesan. La oposición llama a la movilización. Mientras, las autoridades con el presidente Yanukóvich a la cabeza tampoco parecen dispuestas a cambiar.

Para saber qué lectura hacen en Moscú, en Bruselas y también desde el Gobierno y la oposición ucraniana nos acompaña Lilia Chevtsova, analista del Centro Carnegie en Moscú.

Andrei Belkevich, euronews:
De entrada, hablemos de la actitud de los políticos europeos. ¿Esperaba Bruselas una respuesta tan apasionada de los ucranianos en contra del rechazo de Yanukóvich a firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea?¿Le parece suficiente y adecuada la respuesta de Bruselas?

Lilia Chevtsova, analista del Centro Carnegie en Moscú:
“Pienso que tanto en Bruselas como en las capitales europeas esto les cogió por sorpresa, les impactó ver a tanta gente en la Plaza de la Independencia. Además tampoco estaban preparados para que Yanukóvich no firmara el Acuerdo. Y por si fuera poco, tampoco tenían un plan B en el caso de que los ucranianos salieran a la calle a favor de la asociación con Europa. Los políticos europeos todavía no tienen claro que los ucranianos ven en este Acuerdo de Asociación no sólo una zona de libre comercio sino que se trata también de una elección cultural. Y hasta ahora Europa no ha ofrecido a la gente de Maidán ningún apoyo significativo. Nada más que retórica”.

euronews:
¿Cómo afecta esta reacción de los ucranianos a la política de la Asociación Oriental de la Unión Europea?

Lilia Chevtsova:
“Pienso que Bruselas debería revisar esta iniciativa por completo. De entrada los países de la Asociación Oriental no van de la mano. De un lado está la Ucrania comprometida con Europa, al menos hay una parte significativa de ucranianos que quieren avanzar en esta dirección. En el lado opuesto está Alíev con Azerbaiyán que no quieren moverse. Quieren quedarse todavía, ser y estar en la órbita de Rusia”.

euronews:
La retórica del Kremlin contra lo acontecido en Ucrania es más suave que en 2004 durante la Revolución Naranja. ¿Cuál es la razón?

Lilia Chevtsova:
“Al principio de las protestas, la retórica de Putin fue lo suficientemente dura. Llamó a este movimiento por la independencia como pogromos pero luego las cosas se calmaron en el Kremlin y ahora utilizan tácticas completamente diferentes, son más suaves, más receptivos. No van a estrangular a Ucrania e imponer sanciones. El Kremin entiende que Yanukóvich se mueve en dirección a Moscú”.

euronews:
¿Cómo van a afectar estos acontecimientos a las relaciones entre Moscú y otras exrepúblicas soviéticas?¿Suponen una amenaza para la estabilidad dentro de Rusia?

Lilia Chevtsova:
“Pienso que no sólo el Kremlin sino los líderes de todos los regímenes autoritarios, incluidos los miembros de la Asociación Oriental como Azerbaiyán, ven las protestas como algo terrible, algo que les afecta y les preocupa. Naturalmente, Maidán para todos los regímenes autoritarios de la antigua Unión Soviética es una señal de alerta, de algo que puede ocurrir en sus países. Creo que, al menos en Moscú, esto puede traer mayor intimidación, más sanciones, más medidas de represión. En 2004, Putin utilizó la Revolución Naranja para forjar su estilo autoritario, para aumentar la represión en Rusia. Ahora esto puede servir de pretexto para que las autoridades rusas y de los países de Asia Central apuntalen sus regímenes”.

euronews:
Lilia Chevtsova, analista del centro Carnegie de Moscú, gracias.

Lilia Chevtsova:
“Gracias”.

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